Enero del año 2009,
Marcos es el protagonista de mi siguiente historia, un chico el cual le
encantan los deportes de riesgo, el vive en Villarrobledo mucho riesgo no había
en su ciudad y se dirigió hacia Andorra en busca de montañas nevadas, esquís y
adrenalina. Ya era la segunda vez que iba de viaje para esquiar el primero fue
en el año 2007 en Sierra Nevada, bonito paisaje, perfecta ciudad Granada. Hacía
poco había salido de una lesión de esguince, pero él estaba decidido desde el
año pasado que se iba solo o acompañado pero se iba a ir a Andorra a esquiar,
un chico con las decisiones claras también amigo de él, Luis se convenció para
irse juntos a esquiar él era un chico más curtido en esto del mundo de los
deportes extremos había estado subiendo los picos de Europa hace unos años y le
encantaba el surf, esquí y el rafting. Llegó el momento de partir desde Villarrobledo
con un vuelo Rayanair hacia Andorra, iban a ser solamente dos días, pero dos
días sin stop en la nieve, les había costado poco el avión lo que mas el
hospedaje allí que lo cogieron en Sant Joan de Caselles un pueblecito donde no
les quedaba lejos las montañas. Al llegar allí dejaron las maletas en el hostal
que cogieron allí y se dirigieron a dar una vuelta por el pueblo, el frío era
diferente que en Villarrobledo pero también se adentraba en el cuerpo para no
dejarte ni un minuto. Eran las 11 de la mañana cuando Luis decidió ir a ver las
pistas más cercanas para esquiar y las encontraron estaban a unos pocos
kilómetros de allí a las cuales se dirigieron los dos equipados. En el famoso
telesilla subieron hacia el pico de la montaña el día estaba parcialmente
soleado pero estábamos donde queríamos en el paraíso de la adrenalina,
estuvimos toda la tarde hasta las 7 de la tarde por allí rondando dimos una
vuelta por un pueblecito también que estaba por al lado llamado Sant Serni de
Canillo donde había una iglesia muy bonita y era un pueblecito muy acogedor ya
que de longitud no tendría ni un kilometro. Nos dirigimos hacia el hostal ya
que se hacía de noche y tenía hambre, no veas la nieve el hambre que da. Al
llegar preparamos algo para cenar una comida muy típica en Andorra el cassoulet, un guiso hecho con alubias blancas o frijoles, y distintas partes de carne
animal, buenísimo y entraba muy bien comida caliente con esas temperaturas,
estuvimos viendo la tele un rato en el hostal, hasta que me dirigí a Luis para
decirle que mañana último día y había que darlo todo así que me iba a dormir
para descansar bien.
Seguidores
miércoles, 12 de febrero de 2014
ANDORRA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario